19 marzo, 2012

Sin escape

Después de 3 meses de soportarnos, los vecinos nos han acusado con la dueña del edificio en donde rentamos. Por supuesto, nos corrieron. Buscamos departamento entre Javier Hugo, Bogdan y yo. Una llamada de Mauricio nos hizo recobrar la esperanza. Mauricio es un amigo que conocimos en un rave, él siempre está drogado. Para el los ácidos y los hongos alucinógenos son su comida diaria. En la llamada nos dijo que tenía un cuarto disponible en el edificio de su padre. Fuimos a ver como estaba el departamento en cuanto en espacio y privacidad. Al llegar era un departamento con 2 cuartos, cocina y baño. El problema era que necesitábamos un cuarto para poner nuestras cosas y otro para dormir. Éramos tres, Bogdan había tenido problemas con Javier Hugo y no quería compartir departamento, y menos cuarto con Javier Hugo. Decidimos hacer una competencia. El que contuviera más tiempo la cordura comiendo hongos alucinógenos se quedaría en el departamento. Como iba pasando el tiempo reíamos y recordábamos anécdotas que vivimos juntos. En el punto máximo del viaje Mauricio dijo que nos quedáramos los 3 y que la renta sería muy poca, y uno solamente por el talache en el cuarto del Mau se podía quedar.
Decidimos que nos quedaríamos los tres, no sin antes obligar a Bogdan y Javier Hugo a arreglar sus diferencias. Ellos aceptaron sin oposición alguna. De repente en la noche nos llegó la llamada de una amiga de Mildred y con gran urgencia nos pidió ayuda. Al llegar, vimos a Mildred tirada en el suelo, inconsciente y llena de vomito. Llevándola en la madrugada al hospital nos dijeron que había ingerido pastillas pero que no sabían cuales, que si nosotros podíamos ayudarlos a conocer que había tomado sería más pronta se valoración y tratamiento. Alguna vez Mildred fue a mi casa. En esa fiesta tomamos todo lo que pudimos. En mi cuarto yo tenía pastillas psiquiátricas, que ayudaban a llegar a un nivel de concentración extrema, pero al otro día ya no había ni una de ellas. Supongo que ella las tomó. Para después ingerirlas en una dosis mayor a la recomendada. La dieron de alta este mismo día con la recomendación de que se mantuviera alejada del ambiente en el cual se había envuelto los últimos meses. Eso nos incluía a nosotros. Ella decidió irse a Pachuca con su familia.
Al terminar este día acostado en mi cama recuerdo todos los momentos felices que viví junto a Mildred. Las fiestas a las que he acudido con Bogdan, Daniel y Javier Hugo. Creo que son los amigos con los que ahora cuento y con los que siempre he contado. Ahora solo queda escribir acerca de la fiesta a la que fuimos el viernes.

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